Anoche, en Salamanca, cobijados en un recinto bajo de techo, pino de escaleras, pobre de luz, entre unos camaradas de buena estirpe leonesa, parcos en la sonrisa y en la alabanza, pasamos el aniversario de Matías Montero. Como el recinto fue, sin adornos, la ceremonia: unas palabras de Salazar y de Bravo, otras palabras mías y un silencio que nadie impuso, pero que tuvo, en su autenticidad, mucho mejor sentido que los rituales minutos de silencio. Dije a los camaradas de Salamanca y os digo ahora: El martirio de Matías Montero no es sólo para nosotros una lección sobre el sentido de la muerte, sino sobre el sentido de la vida. ¿Recordáis —vosotros, los de la primera hora— una de las cosas con que se intentaba deprimirnos? Se nos decía: “No triunfaréis; para llevar adelante un movimiento como el vuestro hace falta contar con gente endurecida en grande; los españoles arriesgaron y dieron la vida”. Y por España y por la Falange dio Matías Montero la suya. Buena piedra de toque es ésta para conocer la calidad de nuestro intento. Cuando dudemos, cuando desfallezcamos, cuando nos acometa el temor de si andaremos persiguiendo fantasmas, digamos: ¡No!; esto es grande, esto es verdadero, esto es fecundo; si no, no le hubiera ofrendado la vida —que él, como español, estimaba en su tremendo valor de eternidad— Matías Montero. José Antonio, O.C. Edición del Centenario, p. 859
Regimiento Penal
viernes, 19 de junio de 2015
Casi 80 años, el nuevo ideario viejo
Anoche, en Salamanca, cobijados en un recinto bajo de techo, pino de escaleras, pobre de luz, entre unos camaradas de buena estirpe leonesa, parcos en la sonrisa y en la alabanza, pasamos el aniversario de Matías Montero. Como el recinto fue, sin adornos, la ceremonia: unas palabras de Salazar y de Bravo, otras palabras mías y un silencio que nadie impuso, pero que tuvo, en su autenticidad, mucho mejor sentido que los rituales minutos de silencio. Dije a los camaradas de Salamanca y os digo ahora: El martirio de Matías Montero no es sólo para nosotros una lección sobre el sentido de la muerte, sino sobre el sentido de la vida. ¿Recordáis —vosotros, los de la primera hora— una de las cosas con que se intentaba deprimirnos? Se nos decía: “No triunfaréis; para llevar adelante un movimiento como el vuestro hace falta contar con gente endurecida en grande; los españoles arriesgaron y dieron la vida”. Y por España y por la Falange dio Matías Montero la suya. Buena piedra de toque es ésta para conocer la calidad de nuestro intento. Cuando dudemos, cuando desfallezcamos, cuando nos acometa el temor de si andaremos persiguiendo fantasmas, digamos: ¡No!; esto es grande, esto es verdadero, esto es fecundo; si no, no le hubiera ofrendado la vida —que él, como español, estimaba en su tremendo valor de eternidad— Matías Montero. José Antonio, O.C. Edición del Centenario, p. 859
martes, 16 de junio de 2015
Vas bien Fidel
“¿Voy bien, Camilo…?”. Y Cienfuegos le respondió: “Vas bien, Fidel”… Hubo fervor de risas y aplausos desaforados.
Todos saben que pasó de ser un tipo sin ningún conocimiento militar ni de armas a destacar increíblemente en la guerra. Debido a su valentía (a veces temeridad) y a su determinación, pasó de ser soldadito carne de cañón a experto comandante barbudo. Era muy querido y respetado por sus soldados debido a que peleaba siempre en primera línea con ellos. Esto por lo visto fué así, sea cual sea la biografía que se lea.
Sin embargo, las diferencias comienzan a aflorar más tarde en las biografías no hechas por el régimen cubano, estas son las divergencias que se encuentran:
1. Camilo Cienfuegos no era comunista, era anti-Batista, y si se unió a los revolucionarios fué por que coincidía con sus ideales de acabar con la dictadura, pero no estaba de acuerdo con los postulados comunista. Tanto Camilo como otros destacados barbudos no querían que el nuevo gobierno derivara al comunismo, frente a la posición de Guevara que estaba totalmente convencido de lo contrario. Castro todavía no estaba decidido, pero finalmente se decantó hacia el comunismo, marginando a Camilo y a otros como él. A pesar de eso, Camilo Cienfuegos siempre se declaró Fidelista, y siempre confió en Fidel, pese a que en los últimos tiempos nunca tenía en cuenta sus opiniones.
2. Camilo Cienfuegos era increíblemente popular, el barbudo más conocido y querido por el pueblo cubano, por encima del Ché y por encima de Castro. Tanto es así que en su primer discurso triunfante en La Habana, el público coreaba "Camilo.. Camilo" en cuanto lo veían asomarse en el balcón. Es conocido que mientras hablaba Castro, asomó su peluda cabeza, y el público empezó a aplaudirlo y a reclamarlo, interrumpiendo el discurso de Castro, ante lo cual Fidel dijo "¿Voy bien Camilo?" y éste respondió "Vas bien Fidel".
Parece ser que esta enorme popularidad y simpatía entre el pueblo no gustaba nada particularmente a dos personas: Raúl Castro y al Che Guevara. Estos dos le demostraron mucho afecto durante la guerra, y muy poco o nada, tras el triunfo revolucionario.
3. Tanto Raúl Castro como el Ché, eran partidarios de ejecutar y fusilar a muchos de los que habían sido conocidos por soportar a Batista, sin embargo Camilo no era de esa opinión, lo cual provocaba roces y discusiones continuas entre ellos. Por ejemplo Camilo Cienfuegos quería que a los miembros del ejército de Batista se les integrara en el nuevo régimen ofreciéndoles empleos en obras públicas. Raúl Castro, sin embargo era partidario de utilizar la mano dura con ellos desde el principio (ejecuciones) y el Ché se decantaba por marginarlos para que no tuvieran más opción que conspirar, y así poder ejecutarlos justificadamente.
4. Camilo Cienfuegos, tras el triunfo de la revolución fue designado como Jefe del Estado Mayor. En la práctica sus opiniones NO se tenían en cuenta por Castro. En la práctica tanto el Che como Raúl Castro mandaban más y tenían más influencia en la cúpula del ejército revolucionario que el propio Jefe del Estado Mayor. De hecho tanto Raúl como Guevara, hicieron lo que les dió la real gana pasándose por ahí las ideas de Camilo (no era partidario de ejecuciones).
miércoles, 20 de mayo de 2015
Futurismo del siglo XXI
1.
Queremos cantar el amor al peligro, el hábito de la energía y de la
temeridad.
2.
El coraje, la audacia, la rebelión, serán elementos esenciales de
nuestra poesía.
3.
La literatura exaltó, hasta hoy, la inmovilidad pensativa, el éxtasis y
el sueño. Nosotros queremos exaltar el movimiento agresivo, el insomnio febril,
el paso de corrida, el salto mortal, el cachetazo y el puñetazo.
4.
Nosotros afirmamos que la magnificencia del mundo se ha enriquecido con
una nueva belleza, la belleza de la velocidad. Un coche de carreras con su capó
adornado con gruesos tubos parecidos a serpientes de aliento explosivo... un
automóvil rugiente, que parece correr sobre la ráfaga, es más bello que la
Victoria de Samotracia.
5.
Queremos ensalzar al hombre que lleva el volante, cuya lanza ideal
atraviesa la tierra, lanzada también ella a la carrera, sobre el circuito de su
órbita.
6.
Es necesario que el poeta se prodigue, con ardor, boato y liberalidad,
para aumentar el fervor entusiasta de los elementos primordiales.
7.
No existe belleza alguna si no es en la lucha. Ninguna obra que no tenga
un carácter agresivo puede ser una obra maestra. La poesía debe ser concebida
como un asalto violento contra las fuerzas desconocidas, para forzarlas a
postrarse ante el hombre.
8.
¡Nos encontramos sobre el promontorio más elevado de los siglos!... ¿Porqué
deberíamos cuidarnos las espaldas, si queremos derribar las misteriosas puertas
de lo imposible? El Tiempo y el Espacio murieron ayer. Nosotros vivimos ya en el
absoluto, porque hemos creado ya la eterna velocidad omnipresente.
9.
Queremos glorificar la guerra –única higiene del mundo– el
militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los libertarios y las bellas
ideas por las cuales se muere.
10.
Queremos destruir los museos, las bibliotecas, las academias de todo
tipo, y combatir contra el moralismo, el feminismo y contra toda vileza
oportunista y utilitaria.
11.
Nosotros cantaremos a las grandes masas agitadas por el trabajo, por el
placer o por la revuelta: cantaremos a las marchas multicolores y polifónicas
de las revoluciones en las capitales modernas, cantaremos al vibrante fervor
nocturno de las minas y de las canteras, incendiados por violentas lunas eléctricas;
a las estaciones ávidas, devoradoras de serpientes que humean; a las fábricas
suspendidas de las nubes por los retorcidos hilos de sus humos; a los puentes
semejantes a gimnastas gigantes que husmean el horizonte, y a las locomotoras de
pecho amplio, que patalean sobre los rieles, como enormes caballos de acero
embridados con tubos, y al vuelo resbaloso de los aeroplanos, cuya hélice
flamea al viento como una bandera y parece aplaudir sobre una masa entusiasta.
Es desde Europa que lanzamos al mundo este nuestro manifiesto de violencia
arrolladora e incendiaria con el cual fundamos hoy el FUTURISMO porque queremos
liberar a este país de su fétida gangrena de profesores, de arqueólogos, de
cicerones y de anticuarios. Ya por demasiado tiempo Europa ha sido un mercado de
ropavejeros. Nosotros queremos liberarla de los innumerables museos que la
cubren por completo de cementerios.
lunes, 4 de mayo de 2015
miércoles, 29 de abril de 2015
0% odio, 100% alegría
Nuestro himno debe ser una canción alegre, exenta de odio, pero a la vez de guerra y amor. Haremos una estrofa a la novia, después una alusión a la guardia eterna en las estrellas, y luego otra a la victoria y la paz.
domingo, 26 de abril de 2015
El emblema de las JONS
El yugo es la yunta; la junta, las Juntas de nosotros, nuestra propia coyuntura histórica.
Las flechas hienden las mañanas de España. Hienden.
Ofenden. Son la ofensiva de una raza, de una juventud que pretende
imponerse ahora.
El yugo camina delante del arado. Es la agricultura nacional. El campo nacional. La vida nacional.
Cada manojo de saetas es una gavilla de corazones, una hermandad, un gremio, un Sindicato.
Las flechas son de hierro, de acero, de la carne española
eterna. Aguzadas, forjadas con el fuego antiguo por sindicalistas
nacionales.
El yugo y las flechas son también la cruz; forman una
cruz. Para sus cruzados, toda gran empresa ha sido una cruz en la
encrucijada de los tiempos. Si el yugo pesa, apesadumbra a alguien. Las
flechas aligeran, alegrarán nuestra buena ventura española.
Aunque cerca del yugo está siempre el estímulo.
Los campesinos que hablaban latín estimulaban a sus bueyes
–junto a la cerviz– con una punta de saeta en la extremidad de un palo.
Nuestro escudo huele a garrote, y a fragua, y a pan, y a vino, y a sal, y a eternidad.
El equilibrio duradero entre un pasado horizontal –el
yugo– y la ascensión vertical, celestial, de un futuro: las flechas.
Habrá que reconquistar nuestra patria a flechazos, a golpes de cariño.
Amorosamente. Duramente. Como se conquista a la mujer que parirá a
nuestros herederos.
El FASCIO
Madrid, 16 de marzo de 1933
Madrid, 16 de marzo de 1933
jueves, 5 de marzo de 2015
Nunca fuimos enemigos, VIVA LA CNT-FAI.
“Pudo haber y no lo hubo, un diálogo del anarquismo y del falangismo en
su primera hora. Pero consciente de los vínculos ideológicos entre sus
aspiraciones y las del sindicalismo libertario español, Primo de Rivera
tuvo entrevistas con Ángel Pestaña pocas semanas después de la fundación
de Falange, en el curso de una visita a Barcelona, y no pudo
establecerse ningún acuerdo, en parte por la distancia que había entre
uno que había nacido en cuna pobre y se había desarrollado en el trabajo
constante, y el que había nacido en cuna dorada y no había tenido
ningún inconveniente en su carrera por la vida, con el pan de cada día
seguro. Se hicieron otros intentos de acercamiento a través de Ruiz de
Alda y de Luys Santa Marina, pero Pestaña no tuvo confianza en la
posibilidad de una cooperación con ese sector nuevo y juvenil de la vida
políticasocial española.
A pesar de la diferencia que nos separaba, veíamos algo de ese parentesco espiritual con José Antonio Primo de Rivera, hombre combativo, patriota, en busca de soluciones para el porvenir del país. Hizo antes de julio de 1936 diversas tentativas para entrevistarse con nosotros. Mientras toda la Policía de la República no había descubierto cuál era nuestra función en la FAI, lo supo Primo de Rivera, jefe de otra organización clandestina, la Falange Española. No hemos querido entonces, por razones de táctica consagrada entre nosotros, ninguna clase de relaciones. Ni siquiera tuvimos la cortesía de acusar recibo a la documentación que nos hizo llegar para que conociésemos una parte de su pensamiento, asegurándonos que podía ser base para una acción conjunta a favor de España.
Estallada la guerra, cayó prisionero y fue condenado a muerte y ejecutado. Anarquistas argentinos nos pidieron que intercediésemos para que este hombre no fuese fusilado. No estaba en manos nuestras impedirlo, a causa de las relaciones tirantes que manteníamos con el Gobierno central, pero hemos pensado entonces y seguimos pensando que fue un error de parte de la República el fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera; españoles de esa talla, patriotas como él, no son peligrosos ni siquiera en las filas enemigas. Pertenecen a los que reivindican a España y sostienen lo español, aun desde los campos opuestos, elegidos equivocadamente como los más adecuados a sus aspiraciones generosas. ¡Cuánto hubiera cambiado el destino de España si un acuerdo entre nosotros hubiese sido tácitamente posible, según los deseos de Primo de Rivera!”
(Diego Abad de Santillán, anarquista miembro de la CNT-FAI)
A pesar de la diferencia que nos separaba, veíamos algo de ese parentesco espiritual con José Antonio Primo de Rivera, hombre combativo, patriota, en busca de soluciones para el porvenir del país. Hizo antes de julio de 1936 diversas tentativas para entrevistarse con nosotros. Mientras toda la Policía de la República no había descubierto cuál era nuestra función en la FAI, lo supo Primo de Rivera, jefe de otra organización clandestina, la Falange Española. No hemos querido entonces, por razones de táctica consagrada entre nosotros, ninguna clase de relaciones. Ni siquiera tuvimos la cortesía de acusar recibo a la documentación que nos hizo llegar para que conociésemos una parte de su pensamiento, asegurándonos que podía ser base para una acción conjunta a favor de España.
Estallada la guerra, cayó prisionero y fue condenado a muerte y ejecutado. Anarquistas argentinos nos pidieron que intercediésemos para que este hombre no fuese fusilado. No estaba en manos nuestras impedirlo, a causa de las relaciones tirantes que manteníamos con el Gobierno central, pero hemos pensado entonces y seguimos pensando que fue un error de parte de la República el fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera; españoles de esa talla, patriotas como él, no son peligrosos ni siquiera en las filas enemigas. Pertenecen a los que reivindican a España y sostienen lo español, aun desde los campos opuestos, elegidos equivocadamente como los más adecuados a sus aspiraciones generosas. ¡Cuánto hubiera cambiado el destino de España si un acuerdo entre nosotros hubiese sido tácitamente posible, según los deseos de Primo de Rivera!”
(Diego Abad de Santillán, anarquista miembro de la CNT-FAI)
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